Estamos inmersos en una sociedad en la que cada vez prima más aquello material frente a lo individual. Lo superficial le gana terreno al concepto de la ética y moral. Con el afán de la aceptación social y la popularidad, la sociedad se está centrando, de una forma casi enfermiza, en el culto al cuerpo. La vida saludable llega un punto en que, paradójicamente, deja de serlo.
¿En qué momento pasa el cuidado de la salud a ser algo patológico? El concepto de “fitness lifestyle” o “vida fitness” se relaciona con mejor estado físico, con comida orgánica, con suplementación deportiva de calidad o con lociones para el cuidado de la piel y el cuerpo. Nuestros hábitos de consumo están cambiando y las empresas del sector cada vez ofrecen productos más exclusivos para necesidades más específicas.
¿Tener mejor cuerpo nos hará elevar en el rango social? Será la apariencia el primer requisito de medida de éxito y status? La experiencia dice que no.
Pese a que la cultura fitness está generando una cultura de vida sana, estudios abogan que estas tendencias han estado inculcadas siempre, en mayor o menor medida, pero que no se trata más que un fenómeno masivo. Las costumbres de “fit life” está claro que nos inducirán a unos hábitos más saludables, centrándose principalmente en la alimentación y el ejercicio.
Lo que sí está claro que este concepto está suponiendo cada vez un gasto más elevado en las familias españolas: gimnasios, zapatillas exclusivas para ciertos terrenos y pisadas específicas, suplementos deportivos para aumentar el rendimiento y mejorar la recuperación, fajas reductoras, máquinas de hacer ejercicio cardiovascular… la industria del fitness ha irrumpido en nuestras vidas. Pero… hasta cuando durará esta fiebre?Si tu también has decidido dar un giro en tu estilo y hábitos de vida, acude a un profesional y asesórate antes de iniciar dietas restrictivas o sesiones infinitas de entrenamiento. Porqué más no es mejor.
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